miércoles, 7 de diciembre de 2011

Lo que les voy a relatar es verdad, no soy vidente ni tengo poderes, solo me pasó. Debo admitir que siempre le deje una puerta abierta a lo paranormal, creo que por ser parte de la imaginación colectiva, la misma que a veces me contagia para inspirarme y logra sustentar mi vida con creatividad.
Era fines del 2008,  Hacia tiempo que en mi cabeza rebotaba una noticia poco concreta que mi amigo de la infancia Tito había fallecido, la mala nueva había llegado como una versión y yo no me animaba a averiguarlo, quizás inconscientemente no quería conocer la realidad. Una noche en mí casa, antes de acostarme buscando una tarjeta de crédito, revolviendo en un mar de papelitos del banco, pañuelos, aparece un pequeño papel que llamó mi atención, decía: Tito Rumi era el número  de teléfono de  este amigo.
Habíamos dejado de vernos luego desde su casamiento, que recordando de paso no supe porque nunca me había invitado.
Tome la tarjeta, la mire atentamente y vi que por la característica era su casa, tome fuerzas, respire hondo y llame; me atendió Alejandra su esposa, no tuve valor y corte. Esperaba ilusionado la voz de mi amigo.

Al día siguiente mientras escuchaba  la radio  junto a mi prima Gabriela, acostumbramos a escuchar la radio, un programa donde su temática era informativa pero cómica y a la vez con mucha ironía y creatividad. En eso escucho que parodiaban sobre que se había descubierto en una elección habían descubierto votos de personas fallecidas, si, un fraude como suele suceder por este suelo querido y jugaban diciendo cosas como que también existía una guía de muertos y uno podía llamar por ejemplo a San Martín, Gardel, John Lennon entre otros.

En eso suena el Teléfono del estudio, atiende mi prima Gaby, me lo pasa diciendo para vos, atiendo y me dicen: ¨Hola, habla Alejandra, la esposa de Tito¨…, en un momento tuve una gran confusión repase mentalmente lo que estaba sucediendo por si era una broma de mal gusto, pero no. Me confirma su falleciendo diciéndome: ¨Discúlpame fue hace dos meses, y estaba muy mal para llamar a sus amigos o gente conocida y anoche acomodando sus cosas apareció una tarjeta tuya y decidí llamarte...

Un gran frío mezclado de emoción recorrió mi cuerpo al recordar que la noche anterior en similar situación yo había encontrado su número en un papel
En la conversación me explicó que había fallecido repentinamente del corazón ya que tenía problemas de pulmones por el cigarrillo y alto su colesterol.

Tito, ese hermano mayor de correrías de borracheras  y golferías como decía él, me confirmaba de una manera increíble su muerte, su desaparición corporal. De alguna manera después de tanto tiempo de no vernos supo como comunicarse conmigo, al menos por última vez